Reglas generales sobre cómo escribir un chiste

Reglas generales sobre cómo escribir Stand Up

1. HAY QUE ESCRIBIR MUCHO Y TACHAR MÁS

Para terminar con algunos buenos chistes en mano, hay que escribir un montón. Y también hay que tachar, y mucho. Solo el diez por ciento de todas tus ideas van a quedar finalmente en tu monólogo. Es así. Hay que atravesarlo. Lo más difícil es sacar lo que está de más porque tendemos a enamorarnos de nuestras propias ideas. Surgieron de tu mente, les diste vida, las nutriste y a veces el resultado es genial. Pero la mayoría de las veces no lo es. 

También te puede servir saber que cuando llegás a escribir veinte páginas, solo dos te van a servir. Puede ser muy frustrante, pero del otro lado muy gratificante al final, cuando obtenés risas fuertes.

2. NO BUSQUÉS LA PERFECCIÓN EN LA ESCRITURA

Si buscás la perfección en la escritura de chistes, terminarás cansándote rápido. No existe el momento en el que se vea un chiste en papel y se pueda decir: “Ahora sí, esto es gracioso”.

Hasta que no se prueba un chiste en el escenario, no se puede saber si funciona. Hasta los comediantes más exitosos tienen que probar su material con un público en vivo. Es importante tomarse el tiempo para armar bien un chiste, pero tampoco exageres porque se puede volver contraproducente.

EQUILIBRO ENTRE ESCRIBIR Y ACTUAR

Hacer Stand Up implica buscar constantemente el equilibro entre escribir y actuar. Escribir veinte horas antes de cada show hará que pierdas mucho tiempo y motivación. Encima puede pasar que al público no le interesen para nada las ideas o los temas sobre los que trabajaste tantas horas.

Es mejor escribir algo, revisarlo dos, tres veces y probarlo en el escenario lo antes posible. Así, tu próxima sesión de escritura será mucho más fructífera.

Un buen equilibro entre escribir y actuar hará que crezcas más rápido. Escribí. Escribí. Actuá. Actuá. 

Cuando las cosas no salen tan rápido como queremos, podemos caer en la tentación de enfocarnos demasiado en uno de los dos: la actuación o la escritura. En el primer caso, pensamos: «En realidad lo importante no es lo que decís sino cómo lo decís».

Aunque ese pensamiento tenga algo de verdad, es una pobre excusa para dejar de mejorar tu monólogo desde el texto. No dejes de escribir para mejorar tu material y tener cosas nuevas. La otra es pensar: «Primero tengo que escribir un monólogo genial y después voy a volver a actuar (y a romperla)».

La escritura se tiene que ir probando con el público. Si no, queda todo en suposiciones de lo que podría funcionar.

3. BURLARSE DE UNO MISMO

Conviene que el/la comediante se apropie de la parte ridícula en varios momentos.

Cuando se burla demasiado de otros, queda como agrandado/a (especialmente, al principio de un monólogo cuando no ganó la simpatía del público todavía). La gente prefiere la humildad del comediante que se ríe de sí mismo. A veces, ponerse en ese lugar como comediante puede hacer que un chiste funcione.

Por mucho tiempo (casi dos años), intenté hacer chistes sobre la gente que se queja mucho. Decía que lo odiaba y daba mis razones. Nunca funcionó. El público me miraba con cara de «Ah bueno, ¿al señor no le gusta que nos quejemos? ¿El señor no se queja nunca?». Solo me di cuenta con el tiempo. Cuando lo probaba en el escenario, veía que no se reían. Al final, pude hacer funcionar ese material diciendo que yo me quejo mucho y que encima me gusta. El remate es el mismo, pero a partir de ese momento el público se puso de mi lado y comenzaron a reírse.

Me pasó lo mismo con un chiste sobre la gente que se cae en la calle. Solo comenzó a hacer reír cuando contaba lo que yo hago cuando me caigo en la calle y no describiendo la reacción ridícula de otra gente.

A algunos comediantes, les cuesta ponerse en el lugar del ridículo. Es un tema de ego. Para ser comediante, hay que poder mostrarse vulnerable y torpe, como un payaso. Eso es lo importante, y no si algo te pasó de verdad o no. En el escenario, mostramos una versión exagerada de nosotros mismos. Claramente eso no quiere decir que no se pueda reír de otra gente, especialmente cuando el público ya está de tu lado. Lo ideal es encontrar un equilibrio entre los dos tipos de material.

Igual, recomiendo que, cuando te rías mucho de otra gente, al final cierres ese material con un chiste que sea sobre vos. Esto mantiene al público de tu lado.

4. SER ORIGINAL

Hay que ser original, no tanto en los temas pero sí en la mirada, la opinión sobre algo o la manera de abordarla. Es muy difícil encontrar un tema original. Primero, porque no hay tantos que permiten la identificación con la mayoría del público, y segundo, porque ya está todo hecho.

De todos modos, es interesante seguir buscando temas originales. Siempre se puede contar algo que nos toca a todos y que, hasta ahora, a ningún comediante se le ocurrió.

5. HACER STAND UP NO ES DAR UNA CLASE

En el Stand Up no funciona dar clases de algo. ¿Sabés mucho de fotografía y querés explicar cómo se saca una buena foto? No es para Stand Up. A la mayoría de la gente, no le interesa. Lo que sí podés hacer es explicar por qué te frustra tanto no lograr sacar una buena foto, poniendo énfasis en la emoción (la frustración).

Todos nos podemos identificar con la frustración de no poder lograr algo. Igual, siempre hay un mensaje. A través del humor, damos una mirada diferente sobre el mundo.

6. ¿CUÁNDO SE TERMINA DE ESCRIBIR UN CHISTE?

La buena comedia no se escribe, se reescribe. La escritura no termina con hacer un chiste una vez en el escenario (aunque la gente se haya reído). Tampoco lo descartamos porque no funcionó una vez. Lo volvemos a mirar, tratamos de mejorarlo y lo probamos otra vez.

Lo pulimos. Y así varias veces hasta encontrar la mejor forma de decirlo. En general, hay que probar un chiste mínimo diez veces para que quede asentado, pero también puede ser veinte o treinta. Y a partir de ahí, siempre hay que estar abierto a agregar algo más al chiste, algún giro imprevisto.

Hay que maximizar el potencial de los chistes. Los monólogos más eficaces se construyen con el tiempo y sobre un material que ya funciona.

El monólogo se puede mejorar de las siguientes formas:
~ Sacar todas las palabras que sobran (chistes más cortos significan más risas por minuto).
~ Buscar remates más fuertes.
~ Agregar chistes, profundizando la idea.
~ Agregar sobreremates.
~ Agregar y mejorar los actings.
~ Agregar callbacks.
~ Convertir la premisa en una línea de 3.

Veremos lo que son premisas, actings, sobreremates, callbacks y líneas de 3 en el Capítulo: Tipos de remates. Hay que exprimir el material hasta tener una rutina explosiva.

Todo el proceso, desde la idea inicial hasta el chiste terminado, puede llevar semanas. Y para que todo un show esté a punto, meses y hasta años. Una buena ilustración sobre el proceso de construcción de material es el documental Comedian con Jerry Seinfeld.

A veces cuando uno está atascado, siente la tentación de borrar todo y empezar de cero. ¡No funciona! No se tira el material, se mejora. De lo contrario, es como comenzar de cero una y otra vez. Conviene mejorar lo que ya tenemos. Un material excelente se construye sobre un material bueno.

LA CALIDAD ES MÁS IMPORTANTE QUE LA CANTIDAD

La prioridad de un comediante novato debe ser lograr cinco minutos explosivos para poder brillar en cualquier show. Lo másimportante es la calidad y no la cantidad. Un club de comedia llama al comediante que tiene cinco minutos excelentes, no a uno que tiene una hora de nivel intermedio.

Hay que mejorar el material que ya funciona y sacar un chiste solo cuando se puede reemplazar por uno mejor.

Cuando tengas cinco minutos excelentes, podés ir agregando más, pero de a poco, buscando mantener el nivel. Si se te ocurren muchas ideas que por ahora no encajan en tu monólogo, se pueden guardar para más adelante. En algún momento, te van a servir. Por ahora, conviene trabajar con las ideas que se puedan sumar a tu material, el cual ya funciona.

7. SER GROSERO Y ESCATOLÓGICO

No hay nada de malo con ser un comediante zarpado. Hay públicos a los que les encanta. Solo hay que saber que tus posibilidades de actuar serán más limitadas. Especialmente, si querés hacer eventos, tanto particulares como en empresas. Ahí quieren humor para toda la familia. Son los que más pagan. Lo ideal, es tener los dos: material blanco y no tanto.

Ícono del Stand Up: Jerry Seinfeld

Jerry Seinfeld es el principal comediante políticamente correcto: accesible para las masas, pero de muy alto nivel. No usa malas palabras, no expresa opiniones políticas, no habla de sexo, casi nunca habla de la actualidad; así, su show no pierde vigencia. Hace comedia de observación, de lo máscomún y de lo mejor. Solo tiene que decir “La gente en general no está segura si hay leche en la casa” para cautivar al público por identificación. Todos sabemos que el descenso en trineo es un deporte ridículo, pero Seinfeld te explica por qué en un minuto de manera brillante.
Más allá de haber hecho los mismos chistes por años, uno lo siente fresco, fluido y muy disfrutable. Es una exhibición de técnica de Stand Up finamente trabajada y pulida. Hace Stand Up clásico. No usa atributos, no hay puesta en escena ni interacción con el público (por lo menos, él no la comienza). Solo necesita un traje y una corbata, telón rojo, silla de madera, un vaso de agua y un micrófono. Y actúa de forma muy relajada.
Encuentra humor en lo más mínimo, como cuando una azafata cierra la cortina de primera clase y te mira como diciendo: “Tal vez si hubieras trabajado un poco más duro, no tendría que hacer eso”.

Contraejemplo: Lisa Lampanelli

La maestra del humor escatológico es Lisa Lampanelli.
Ningún tema para ella es tabú, pero tiene varias estrategias para que el público acepte su humor. Lo más importante es
que se burla de todo el mundo. ¡Nadie se salva! Ella, tampoco.
Así la gente se da cuenta de que ella no quiere discriminar a cierto grupo, ¡discrimina a todos!
Otra cosa que hace es explicar su estilo. Dice: “Mi show es así. Si querés pasarla bien, aceptalo lo antes posible y disfrutalo. Si no, la vas a pasar mal”. Es una técnica muy eficaz. Es
como decir: “Ya vinieron hasta acá, pagaron la entrada, ahora suelten sus prejuicios y diviértanse”. Lo que hace también es burlarse del tipo de gente que no aprecia su humor. Por ejemplo, las viejas reprimidas. Como la gente no quiere ser como estas mujeres, se abren a su humor. Y da cumplidos a la gente que sí sabe apreciar su estilo.

 

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Opiniones

Siempre recomiendo el curso de Kristof y la Escuela de Stand Up Club a todos que me dicen que quieren empezar a hacer Stand Up. Gracias al curso aprendí cómo usar mis emociones y observaciones para generar material, y que hay varias formas de escribir un chiste.
Opinion Alumno Curso de Humor
Tony Olson
Estados Unidos
El curso de escritura de la Escuela de Stand Up Club es excelente. Te da las herramientas necesarias para arrancar en el Stand Up… aún lo reveo cuando escribo chistes.
Opinion Alumna
Natalia Nis
Argentina
Yo tenía una libreta en blanco y con el curso terminé escribiendo más de 30 chistes, porque aprendí a desarrollar diversos estilos de chistes. Actualmente los estoy usando en varios clubes de comedia en shows de micrófono abierto. Yo lo recomiendo a todo el que quiera iniciarse en el mundo de la comedia, no solo Stand Up.
Ronald Parra Alumno Escuela
Ronald Parra
Venezuela

Como comediante actuó en EEUU, Inglaterra, Francia, Holanda y Bélgica.
Participó en el Festival de Humor de Caracol TV en Colombia,
actuó en Tecnópolis y grabó para Comedy Central en Argentina.
Dirige «Stand Up Club» en la Recoleta,
Club de Comedia que ofrece shows y cursos de Stand Up.